El sonido tras la rima

    Otro aspecto esencial ha sido la selección de la música que acompañará cada segmento del programa. Esta curaduría musical ha sido minuciosa, ya que cada pieza debe aportar a la atmósfera emocional del momento. Para la introducción, hemos buscado una melodía instrumental que tenga elegancia, calidez y una presencia sonora que capture la atención desde los primeros segundos. En la despedida, optamos por una música más íntima y reflexiva, que invite a la contemplación y deje al oyente con una sensación de plenitud. Los distintos segmentos del programa también cuentan con sus propias cortinas musicales, cuidadosamente seleccionadas según su tono: más alegre para las interacciones con el público, más suave y etérea para las declamaciones poéticas. Esta selección musical ha sido realizada pensando en cómo cada nota dialoga con la palabra hablada, creando una armonía que exalte el contenido sin opacarlo. Además, se están grabando versiones originales y adaptaciones sonoras que permitirán mantener una identidad única en todo el programa. Este proceso creativo ha sido uno de los más disfrutables y significativos, ya que la música es, al igual que la poesía, el latido del alma de este proyecto.